25 Sep Justicia climática para salir de la crisis
UGTCyL se ha sumado hoy a las movilizaciones que a nivel internacional se llevan a cabo ante la emergencia climática en la que se encuentra el planeta y que pone en riesgo nuestra propia existencia.
Las concentraciones se han llevado a cabo frente a las sedes de UGT en toda la Comunidad Autónoma. En Valladolid, frente a la sede de UGTCyL, la secretaria de Salud Laboral, Medio Ambiente y Política Social de UGTCyL, Azucena Pérez, junto a representantes de las tres federaciones, han leído el Manifiesto “Justicia Climática para salir de la crisis”.
En los últimos meses nuestro mundo ha experimentado un cambio sin precedentes como consecuencia de la pandemia de la covid-19. Pandemia que ha hecho temblar los cimientos de nuestro sistema, poniendo en evidencia nuestras debilidades y contradicciones:
• Una economía depredadora que se encuentra al límite del colapso.
• Un sistema neoliberal que precariza los servicios públicos y crea grandes desigualdades.
• Un sistema patriarcal que infravalora e invisibiliza los trabajos de cuidados necesarios para la vida.
• La globalización que se sostiene sobre la explotación del territorio y las personas, incrementando la vulnerabilidad.
Justicia climática para garantizar una vida diga
Necesitamos abandonar un sistema que descarta a las personas y destruye el planeta. Tenemos que caminar hacia la justicia social y climática y situar en el centro a los colectivos más vulnerables, garantizando el derecho a una vida digna.
En nuestras manos está impulsar un cambio que avance hacia un escenario de descarbonización de la economía. Esto conlleva la transformación de uno de los ejes estructurales de nuestro sistema: el trabajo.
Pero esta descarbonización no puede seguir asociada a falsas soluciones del capitalismo verde. Nos hablan de milagros imposibles y de adelantos tecnológicos sin tener en cuanta ni su elevado coste energético y material ni los efectos sobre nuestras vidas.
Y, por supuesto, tampoco debe ligarse a la precariedad, desigualdad y destrucción del territorio, en definitiva, no puede situarse de espaldas a la vida.
Por lo tanto, es necesario un nuevo modelo laboral, justo y ecológicamente sostenible, capaz de reducir nuestro consumo de materiales y energía. Un modelo que contemple una redistribución del trabajo que garantice puestos de trabajo compatibles con una vida digna para todas las personas.
Modelo industrial
Hay que hacer frente a la deslocalización de la producción, la desmesurada explotación de recursos y producción de residuos. El cierre o transformación de las industrias no debe significar dejar en la calle a las personas trabajadoras. Debe implicar su reinserción en un tejido económico más local y una producción y empleo más sostenibles.
Los cuidados
Es fundamental situar los procesos del sostenimiento de la vida en el centro de un nuevo modelo de trabajo. Procesos que han estado y están mayoritariamente asumidos por mujeres y personas migradas, pero que son responsabilidad de todos. Visibilicémoslos, revaloricémoslos y redistribuyámoslos.
El sector primario
Su papel es fundamental en el sostenimiento de la vida. Es esencial avanzar hacia un modelo con prácticas más respetuosas con sus personas trabajadoras, con el territorio y los ecosistemas. Es necesario un modelo basado en la soberanía alimentaria, en la producción de proximidad y sostenible. Un modelo que se centre en los derechos y bienestar de las personas trabajadoras y consumidoras, en la protección de la biodiversidad y la fertilidad de la tierra.
Turismo
Este sector se ha visto profundamente afectado por al covid-19. Se han puesto de manifiesto los peligros de la fragmentación y sobre-especialización económica en una actividad tan frágil y estacional como la turística. Hay que apostar por un modelo de intercambio y movilidad sostenible y socialmente justo, alejado de la mercantilización a ultranza.
Sector público
Esta pandemia ha demostrado la importancia y necesidad de blindar los servicios públicos que dan cobertura a los derechos fundamentales de la población. Servicios públicos que han sido objeto de múltiples recortes y privatizaciones en los últimos años. En el actual contexto es imprescindible que los servicios públicos sean capaces de dar respuesta a la totalidad de la población, con especial atención a las personas más vulnerables.
Tenemos que estar alerta porque, en estos tiempos de transformación, la lucha por el futuro toma más relevancia que nunca. Es el momento de impulsar el cambio que queremos; un cambio que ponga en el centro a las personas, los territorios, la Tierra. Sin dejar a nadie atrás.