Los salarios llevan reduciéndose tres años y los márgenes empresariales continúan aumentando

12 Sep Los salarios llevan reduciéndose tres años y los márgenes empresariales continúan aumentando

Los datos de IPC, publicados hoy por el INE, correspondientes al mes de agosto reflejan en Castilla y León un aumento de cuatro décimas respecto a julio, aunque ha recortado tres décimas su tasa interanual, hasta el 1,7%. Para UGTCyL esta moderación, por segundo mes consecutivo, es positiva aunque insuficiente y sigue reflejando el fracaso de la estrategia económica de devaluación salarial impuesta por el Gobierno. El problema no son los costes laborales, que llevan reduciéndose tres años sin interrupción, sino que las empresas continúan aumentando sus márgenes rebajando estos costes y aumentado los precios. Además, los pensionistas también están perdiendo capacidad de compra, lo que reduce el consumo y nos lleva a la depresión. En este sentido es inadmisible en términos económicos la fórmula que plantea el Gobierno para revisar las pensiones, que consolida año a año la pérdida de poder adquisitivo para este colectivo. UGT exige un cambio en la política del Gobierno que sitúe el crecimiento como objetivo principal, aplicando una reforma fiscal que garantice los ingresos, promoviendo un pacto de rentas global que asegure el esfuerzo de todos y apostando por el cambio de modelo productivo que nos permita salir de la recesión

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ofrece hoy los datos del Índice de Precios de Consumo (IPC) de agosto, registrándose para Castilla y León un aumento mensual de cuatro décimas respecto al mes anterior. La tasa anual es del 1,7%, tres décimas menos que el registrado en julio y dos décimas superior a la media nacional.

La moderación del IPC por segundo mes consecutivo es una buena noticia, así como el hecho de que haya descendido también la inflación subyacente (la que muestra el comportamiento más estructural), en la medida que suponen datos positivos para los bolsillos de las familias y para la competitividad empresarial. Pero en la situación actual esta evolución es muy insuficiente y, en el fondo, está reflejando el fracaso de la estrategia económica de devaluación salarial que se está aplicando.

Los precios siguen aumentando cuando en una situación de recesión económica, con fuerte contracción del consumo de los hogares, elevadísimo paro y falta de expectativas positivas, lo lógico sería una caída .

El problema no está en los costes laborales, puesto que llevan reduciéndose tres años y medio sin interrupción. Por efecto de la contención salarial y del aumento de la productividad por ocupado, a las empresas les cuesta producir ahora una unidad de producto un 7% menos que en 2008.

Sin embargo, en lugar de traducirse en una rebaja de precios, estos han crecido desde entonces más de un 7% debido a que las empresas ha preferido aumentar sus márgenes por la doble vía de apropiarse de la rebaja de costes y de expandir los precios. El verdadero resultado de la devaluación salarial que se está aplicando es una cuantiosa transferencia de rentas de los asalariados a las empresas.

Es la constatación del fracaso de esta política como estrategia de salida de la crisis, cuyo principal logro está siendo más pobreza y más desigualdad y que, en última instancia, está alimentando la propia recesión.

En consecuencia, los trabajadores están perdiendo poder de compra, lo que unido a la necesidad de reducir su endeudamiento, mantienen el consumo en continuo repliegue y bajo mínimos.

Paralelamente, los pensionistas también están perdiendo capacidad de compra, lo que contribuye decisivamente a esta merma del consumo. En este contexto, los planteamientos que está haciendo el gobierno para establecer fórmulas de revisión de las pensiones en el futuro que consoliden año tras año nuevas pérdidas de poder adquisitivo parar estas rentas es profundamente erróneo en términos económicos e inadmisible desde el punto de vista de la justicia social.

En suma, la moderación del IPC, que sería una noticia positiva en sí misma en otro contexto, queda ahora muy matizada por la estrategia que se está aplicando parar salir de la crisis. UGT reclama, en consecuencia, su revisión, situando el crecimiento como objetivo básico y acompasando la reducción del déficit a la reactivación; aplicando una reforma fiscal que garantice la suficiencia de los ingresos y mayor justicia en las aportaciones; promoviendo un pacto de rentas global que asegure un esfuerzo conjunto y coordinado de todos y realizando una decidida apuesta por el cambio de nuestro modelo productivo.

Share